El sector productor de huevos en España se compone de unas 1.100 granjas que alojan gallinas en cuatro sistemas de producción. Todas las granjas comerciales, de cualquier tamaño y sistema de producción, aplican las normas del Modelo Europeo.

Las granjas españolas están ubicadas en el medio rural, tienen un impacto directo en el empleo y el desarrollo económico de su entorno. Son empresas generalmente familiares, de capital español y que tienen relaciones comerciales y compromisos económicos con agricultores, proveedores de productos y servicios para sus instalaciones, y con muchos profesionales y trabajadores de localidades próximas a su ubicación. Por lo general son los primeros interesados en mantener el empleo, la viabilidad de la empresa y la buena imagen de la misma y del sector, ya que generan retornos positivos para su actividad y para toda la comunidad vinculada con ella.

El sector del huevo comercial es dinámico y moderno. Aplica tecnologías avanzadas y es puntero entre los sectores ganaderos en áreas como la nutrición, la genética avícola, el manejo, la sanidad animal, la seguridad alimentaria, el control de calidad, la gestión ambiental, los alojamientos de gallinas, los centros de clasificación y las fábricas de ovoproductos, entre otras. Contribuye así a la investigación e innovación, a la formación y el empleo de personal cualificado para sus actividades y al desarrollo socioeconómico en su entorno. Y es competitivo.

Esta realidad productiva, unida a las características especiales de la producción de huevos como ganadería sostenible y muy eficiente hace que la producción española de huevos se pueda considerar una de las más comprometidas con la sostenibilidad, en todas sus vertientes: medioambiental, económica y social.

También el consumo de huevos es parte de una alimentación sana, sostenible y responsable. El huevo se produce de forma eficiente, no requiere de transformación industrial previa a su consumo, se conserva fácilmente, admite preparaciones culinarias básicas y no tiene apenas desperdicio. Su producción respeta el entorno: las aves pueden alimentarse con ingredientes variados y de proximidad, contribuyen a la fertilización del suelo agrícola y necesitan pocos recursos (agua, suelo, energía, materias primas) en relación a la calidad del alimento producido.

El huevo como alimento y el sector avícola de puesta son recursos de primer orden que favorecen el desarrollo económico sostenible, el bienestar y la salud de las personas en todo el mundo. Su papel es importante hoy y lo seguirá siendo aún más en el futuro.