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Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos

Seguridad alimentaria

Seguridad Alimentaria/Nutrición
La seguridad alimentaria, ante todo

El huevo producido en la Unión Europea es un alimento de calidad, fresco, sano y seguro porque se controla desde la granja para que llegue así al consumidor. Para ello hay un importante trabajo detrás.

Tanto las granjas como los centros de embalaje y las industrias de ovoproductos están registrados por las autoridades competentes, que vigilan además que se aplican las normas de higiene en la producción, la clasificación y comercialización y la transformación.

Cada granja cuenta con un veterinario responsable que define y aplica los planes sanitarios más adecuados para que las gallinas estén sanas y los huevos producidos sean seguros. Se basan en la prevención. Las gallinas se vacunan contra las principales enfermedades que puedan afectarlas y se aplican estrictos protocolos de bioseguridad en la granja, apoyados por controles frecuentes para confirmar la ausencia de problemas sanitarios.

Para reducir el riesgo de toxiinfecciones alimentarias en humanos, desde hace años en España las gallinas están vacunadas contra la salmonelosis y se controla periódicamente su estado sanitario, así como el agua, el alimento y el entorno.

El huevo se recoge en la granja, se selecciona por calidad y peso y se envasa para su puesta en el mercado en los centros de embalaje registrados. En general, los procesos están totalmente automatizados, son muy eficientes y rápidos. Eso permite poner los huevos frescos a disposición del consumidor con todas las garantías en el menor tiempo posible.

Para garantizar la seguridad alimentaria, las industrias del sector aplican el sistema APPCC en todo el proceso de selección, envasado y transformación del huevo.

Los veterinarios oficiales inspeccionan las granjas, centros de embalaje e industrias para comprobar que las normas sanitarias y de higiene alimentaria se cumplen a lo largo de toda la cadena.

Una vez que el huevo se pone en el mercado, el manejo higiénico en la conservación y preparación de los alimentos es esencial para prevenir las toxiinfecciones alimentarias y poder beneficiarnos al máximo de sus muchas propiedades nutricionales y saludables.

Las innovaciones en los sistemas de clasificación, envasado, procesado y trazabilidad en el sector facilitan la gestión y el control de todo el proceso. Los consumidores pueden comprobar que el huevo y los ovoproductos que compran proceden de empresas autorizadas en las indicaciones de la cáscara y en la información del etiquetado de huevos y ovoproductos. La trazabilidad es una herramienta esencial para garantizar la seguridad alimentaria. El sector del huevo es pionero en su aplicación y un ejemplo de efectividad, ya que llega hasta cada unidad de consumo, sea el propio huevo o el envase en el caso de los ovoproductos.

El huevo, un alimento excepcional

El huevo es un alimento básico en la dieta humana por su alto valor nutritivo, su disponibilidad en cualquier momento del año y lugar, su versatilidad culinaria, facilidad de preparación, uso y consumo.

Constituye la fuente de nutrientes de alta calidad más asequible y por ello ayuda a cubrir las necesidades alimenticias en momentos de requerimientos elevados. Por ejemplo, durante el período de crecimiento; en mujeres en edad fértil, y durante el embarazo y la lactación; para quienes realizan mucha actividad física y para las personas mayores, que necesitan más nutrientes biodisponibles y menos energía.

Destaca la calidad de su proteína (contiene todos los aminoácidos esenciales en las proporciones en las que nuestro organismo los requiere), además de los aportes en cantidades significativas de muchas vitaminas (destacan la D, B12, Biotina, Riboflavina, Ácido Pantoténico o Ácido Fólico, entre otras), y de minerales de gran interés como el Hierro, el Fósforo, el Zinc o el Selenio.

Es además un alimento que puede considerarse funcional por el papel que tienen algunos de sus componentes en la salud, que va más allá de los aportes nutricionales. Es fuente de antioxidantes (vitamina E, Selenio, luteína y zeaxantina) que previenen el envejecimiento celular y procesos degenerativos. También de ácidos grasos esenciales del tipo omega 3, con efectos positivos en la salud cardiovascular, la visión y el sistema nervioso. Es el alimento con el mayor aporte de colina, un fosfolípido muy importante en el desarrollo del sistema nervioso, y que favorece el correcto funcionamiento del cerebro y del hígado.

Para saber más sobre el valor nutricional del huevo, pinche aquí.

Es un alimento natural, fresco, muy apetecible y con numerosas posibilidades de preparación, que gusta a casi todos y con una inmejorable relación entre densidad nutricional y precio.

Se consume en todas las culturas y es aceptado en todas las religiones. Forma parte de la Dieta Mediterránea, una de las más saludables.

La recomendación de consumo de huevos en el marco de la Dieta Mediterránea es de 2 a 4 raciones de huevos por semana. Una ración equivale a un huevo para niños hasta los 9 años y son dos huevos a partir de esa edad.

No hay diferencias en calidad nutricional o en seguridad alimentaria entre los huevos producidos en los distintos sistemas autorizados en la UE: de gallinas en jaula, en suelo, camperas y ecológicas. Todos los producidos en granjas autorizadas ofrecen las garantías del Modelo Europeo de Producción. Por ello cada consumidor puede elegir el huevo que prefiera con total confianza.

El factor objetivo que determina la calidad del huevo es su frescura (mayor cuanto menos tiempo haya trascurrido desde la puesta, y si ha estado en condiciones adecuadas de conservación).

Los demás atributos (color de cáscara o yema, tamaño, sistema de producción, por ejemplo) son factores de calidad subjetivos que dependen de las preferencias cada consumidor. Por ello podemos encontrar en el mercado una gama amplia de huevos que responden a los distintos gustos y demandas.

Un aspecto esencial para garantizar la seguridad alimentaria a la hora de consumir huevos es que su conservación, manejo y preparación en la cocina se realice en condiciones higiénicas. La riqueza nutricional del huevo hace que, una vez que se ha cascado, si queda expuesto a la contaminación ambiental, los gérmenes se multipliquen con rapidez.

El riesgo más importante para la seguridad alimentaria es la contaminación por salmonela. Aunque el huevo venga de gallinas libres de esta bacteria, esta puede encontrarse en otros alimentos crudos o mal manipulados, en los utensilios o superficies de la cocina o en las manos de quien los manipula. Por ello hay que seguir pautas de manejo higiénico para que los huevos y los alimentos que lo contienen sean seguros.